Según el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), la ambliopía conocida también como el “ojo vago” afecta actualmente a un 5% de la población mundial, siendo los principales afectados los niños a partir de los 10 años donde este problema es más difícil de corregir y podría llegar a ser crónico.
Asimismo, el IMO señala que el 99% de los casos de ambliopía que son detectados de forma precoz, son tratados con éxito.
Pero, ¿qué es la ambliopía exactamente y qué efectos tiene en los seres humanos? En este artículo de OftalmoSalud, hablaremos de esta afección visual a profundidad, su diagnóstico y tratamiento. ¡Sigue leyendo!
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La ambliopía u “ojo vago” (en algunos casos, también llamado ojo perezoso), es un padecimiento que afecta la visión haciendo que esta sea más deficiente y se presenta solo en uno de los dos ojos.
Esta afección se desarrolla cuando existe un problema de funcionamiento donde el cerebro no logra reconocer la visión de un ojo. Conforme pasa el tiempo, el cerebro empieza a darle más importancia al ojo fuerte, dejando de lado al ojo afectado y haciendo que la situación empeore.
Es denominado como “ojo vago u ojo perezoso” debido a que el ojo más fuerte tiene un mejor funcionamiento.
Este problema ocular empieza desde la niñez y es una de las causas más comunes de la pérdida de visión entre los infantes. Se sabe que tres de cada 100 niños sufren de ambliopía.
Normalmente los síntomas de la ambliopía son difíciles de detectar. Un niño con esta afección podría tener dificultades para saber qué tan lejos o cerca está un objeto en concreto, es decir, un problema de percepción sobre la profundidad.
Asimismo, los padres en algunos casos pueden darse cuenta sobre algunas dificultades que sus hijos tienen para ver con más claridad. Entre los síntomas o señales que podemos resaltar para saber si tu hijo padece de ambliopía se encuentran:
En varias oportunidades, los padres desconocen si su hijo tiene problemas de ambliopía hasta que es examinado por algún médico especialista en oftalmología. De hecho, es de allí la importancia de que todos los niños pasen por exámenes de la vista por lo menos una vez cada año, entre los tres y cinco años de edad.
En muchos casos, los médicos no pueden identificar la causa u origen de la ambliopía. Sin embargo, en algunos casos, un problema de visión totalmente diferente a la ambliopía puede ser la causante.
El cerebro es quien se encarga de enviar las señales necesarias a los ojos para poder ver. Cuando alguna enfermedad visual comienza a afectar la visión de un ojo, el cerebro intenta solucionar el problema.
En el proceso, el cerebro busca alternativas haciendo que el ojo afectado poco a poco vaya “apagándose”, centrándose más en el cuidado del ojo sano.
Entre los problemas oculares que podrían ocasionar la ambliopía se encuentran:
Para evaluar si una persona padece de ambliopía es necesario realizar exámenes desde una temprana edad, específicamente luego del nacimiento. El objetivo es evaluar la evolución del reflejo del ojo y mantener un control cada año para ver el progreso del niño.
Durante el examen de la vista, el profesional en oftalmología buscará detectar un ojo errante, una diferencia en la visión entre los ojos o una visión deficiente en ambos ojos.
Luego de haber identificado el problema y tomado las medidas necesarias para su corrección, es necesario comenzar a entrenar al cerebro, obligándolo poco a poco a usar más el ojo vago. Conforme el cerebro haga más uso del ojo afectado, más fuerte se volverá. Los tratamientos existentes para la ambliopía son:
Cuando se usa un parche ocular (parecido a una curita), el cerebro comienza a darle más relevancia al ojo débil para poder ver. Normalmente los niños con ambliopía requieren usar un parche como mínimo dos horas al día. En otros casos, los niños podrían usar el parche mientras estén despiertos.
Con una gota de atropina, el ojo bueno se nublará de manera temporal con respecto a la percepción de objetos cercanos, obligando al cerebro a hacer más uso del ojo diagnosticado con ambliopía. En ciertos casos, este tratamiento funciona tan bien como el uso del parche en el ojo. Y, de hecho, a algunos padres se les hace más cómodo porque así evitan que los niños pequeños se quiten los parches.
Los lentes para ambliopía o gafas con una graduación en el ojo bueno que provoque una visión borrosa también son utilizados. De esta forma, el cerebro está obligado a centrarse más en el ojo afectado, haciendo que poco a poco se recupere.
En casos más concretos, un oftalmólogo recomendará la cirugía para corregir problemas específicos de la visión provocados por la ambliopía. Luego de una cirugía, posiblemente el niño tendrá que continuar utilizando un parche o hacer que el ojo sano sea cubierto hasta que la visión con el ojo afectado mejore.
La ambliopía es un padecimiento que no es posible prevenir a día de hoy. Pero, la pérdida de visión generada por el mismo problema puede evitarse.
Para ello, es esencial que mires con detenimiento el comportamiento ocular de tus hijos. Si tienes dudas sobre sus conductas, es importante que acudas a un médico especialista.
Cuando la ambliopía u ojo perezoso en niños es detectado a tiempo, ellos tendrán la capacidad de conservar gran parte de la visión. Si no son tratados hasta los 10 años, posiblemente durante el resto de su vida carguen con problemas oculares. Una detección rápida o temprana es crucial en estos casos.
Si percibes que tu hijo presenta síntomas de ambliopía, solicita ya una consulta oftalmológica en OftalmoSalud. Reserva tu cita médica desde la web o contáctanos a través de nuestro chat de WhatsApp para comenzar a ayudarte.