Muchas personas llegan a las clínicas oftalmológicas con la córnea del ojo dañada, convirtiéndose en uno de los problemas más comunes y difíciles de tratar, sobre todo porque la córnea es muy delicada y, un mal tratamiento, puede afectar la visión del paciente de forma temporal o permanente.
Así que, si sospechas que tu vista no está funcionando de forma correcta, y sientes picazón, tienes visión borrosa o tu ojo se ha enrojecido un poco, tienes que descartar si es una laceración corneal u otro problema visual.
En este artículo, te enseñaremos a detectar una córnea dañada, qué pruebas y exámenes se hacen en cada caso y cuál es el mejor tratamiento para evitar complicaciones visuales graves. ¡Empecemos!
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La córnea del ojo es la capa transparente que cubre la parte frontal del ojo, y su función es proteger el ojo de agentes externos y permitir el paso de la luz al interior del ojo.
Además, ayuda a enfocar la imagen en la retina, junto con el cristalino.
La córnea está formada por varias capas que le dan forma, resistencia y elasticidad, por lo que, si la córnea se daña, puede afectar a la visión y a la salud ocular.
Los síntomas del daño en la córnea pueden ser:
Por supuesto, estos síntomas pueden variar según la causa y la gravedad del daño.
De hecho, algunos pueden aparecer de forma inmediata y otros pueden tardar en manifestarse.
Por ello, es importante que acudas a una consulta oftalmológica si notas alguno de ellos.
Ahora analicemos qué causa el daño en la córnea según los diferentes casos clínicos existentes:
Es un corte o rasguño en la superficie de la córnea, que puede ser causado por un objeto afilado, una uña, una rama, etc.
Puede afectar solo al epitelio o penetrar en capas más profundas. Según la profundidad, puede ser:
Otra causa de la córnea dañada es la abrasión, definida como una erosión o desgaste de la capa epitelial de la córnea, causada por un objeto que roza el ojo, como una lente de contacto, una partícula de polvo o el maquillaje.
Sí, los lentes de contacto dañan la córnea si no se higienizan de forma correcta, por lo que es importante saber cómo cuidar y limpiar tus lentes de contacto.
Una abrasión es dolorosa y provoca lagrimeo y fotofobia. Se cura en unas horas o días, pero puede volver a aparecer si no se trata adecuadamente.
Se caracteriza por ser una herida abierta en la córnea que se origina por una infección, inflamación, lesión o falta de oxígeno.
En nuestra experiencia, podemos afirmar que afecta de forma considerable el reflejo corneal y provoca pérdida de visión o incluso destrucción de la córnea.
La úlcera del ojo se caracteriza por una mancha blanca o grisácea en la córnea, acompañada de dolor, enrojecimiento, secreción y visión borrosa.
Es una de las razones más comunes por las que se ve la córnea del ojo dañada, y son causadas por microorganismos que invaden la córnea, como bacterias, virus, hongos en los ojos o parásitos.
La córnea dañada por infecciones oculares puede provocar una fuerte inflamación, úlcera, absceso o perforación de la córnea.
Por otro lado, aparecen como consecuencia de una lesión, el mal uso de lentes de contacto, una enfermedad sistémica o por la baja defensa inmunitaria.
De allí que sea tan importante mantener una buena salud e higiene ocular, lavando los ojos y secándolos con una toalla limpia, evitando que ingrese el polvo contaminante en ellos y protegiendo el globo ocular de los rayos UV del sol.
Además de las anteriores, existen otras causas que generan la córnea del ojo dañada, como:
Otra de las razones porque se daña la córnea del ojo es que se produce una lesión ulcerosa leve o grave en las personas.
Esta lesión consiste en una pérdida de tejido corneal producida por una alteración en la cicatrización de una herida.
Es muy frecuente que se origine por una enfermedad autoinmune, aunque también aparece por una deficiencia vitamínica, la exposición excesiva al aire o una parálisis facial.
Se manifiesta por una zona deprimida en la córnea, que puede infectarse o perforarse.
Los rayos UV pueden afectar de forma directa y paulatina la estructura de la córnea y su integridad.
Cuando se produce una exposición prolongada o repetida a la radiación ultravioleta, se generan quemaduras, inflamación, opacidad corneal o cataratas en la córnea.
Cabe destacar que los rayos UV no solo vienen del sol, sino también de las lámparas de bronceado y de algunos dispositivos médicos.
La córnea del ojo dañada también se produce por un uso incorrecto de los lentes de contacto.
Y es que, no se trata solo de ponerse o quitarse los lentes de contacto, bien sea por razón médica o estética, sino que también hay que conocer cómo aplicarles mantenimiento, cuánto tiempo usarlos y mucho más.
Algunos de los problemas con lentes de contacto que causan la córnea del ojo dañada son no limpiarlas de forma adecuada, usarlas más tiempo del recomendado, dormir con ellas o compartirlas con otras personas.
Todo esto provoca irritación, sequedad, alergia, abrasión, infección o úlcera en la córnea.
Otra forma de cómo saber si la córnea del ojo está dañada es cuando se detecta un cuerpo extraño dentro del ojo, que puede ser arena, metal, vidrio u otro agente externo.
Los síntomas de los cuerpos extraños dentro del ojo son irritación, abrasión, infección o perforación de la córnea, según el tamaño, la forma y el material del cuerpo extraño.
Recuerda que si tienes alguno de los síntomas de una córnea del ojo dañada, debes acudir a un oftalmólogo para que te examine y diagnostique la causa y el tratamiento adecuados.
El oftalmólogo puede realizar las siguientes pruebas y exámenes:
Los tratamientos para la córnea del ojo dañada incluyen:
Aunque dependerá de la gravedad de la afección y el daño, el tiempo de curación abarca de dos días hasta una semana aproximadamente.
Para prevenir una córnea dañada, es importante que sigas estas recomendaciones:
Ahora bien, si estás buscando ayuda para curar una córnea del ojo dañada o quieres empezar por una visita rutinaria, en Clínica de Ojos OftalmoSalud solicita una consulta oftalmológica ahora. También puedes escribirnos a nuestro chat de WhatsApp. ¡Te esperamos!