Dado que los ojos son órganos expuestos, las infecciones oculares son muy frecuentes y pueden desencadenar enfermedades oculares mucho más graves.
De hecho, la OMS establece que al menos un billón de personas tiene alguna discapacidad visual que podría haberse evitado si se hubiese tratado a tiempo, o que todavía no ha sido tratada.
Hay causas muy conocidas de estas enfermedades, como la incidencia de bacillus cereus en infecciones oculares, y otras bacterias que causan daños significativos.
Si quieres conocer si tienes síntomas de infecciones oculares, cuáles son las más comunes y si debes ir a un médico para recibir atención, aquí encontrarás todo lo que necesitas saber.
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Se considera una infección cuando es causada por un microorganismo. Cuando un virus, hongo, bacteria o parásito afecta alguna parte del ojo, se trata de una infección ocular.
Son muchas las causas, hay infecciones con prótesis oculares y otras que tienen que ver con una mala higiene, exposición a objetos contaminados e incluso uso inadecuado de lentes de contacto.
Algunas infecciones son virales y se propagan por tener contacto con personas o superficies infectadas.
Mientras tanto, algunas otras se proliferan por exposición a aguas contaminadas, como los parásitos y materia vegetal, como las enfermedades fúngicas.
De acuerdo con los diferentes tipos de infecciones en los ojos, hay muchos síntomas visibles. Es posible que se presenten solo algunos de ellos:
Es necesario conocer los tipos de infecciones oculares, sus causas y detonantes para conseguir un tratamiento adecuado. Hay muchísimas variaciones de estas afecciones, pero estas son las más comunes:
Se trata de una infección ocular bacteriana que genera la inflamación de la membrana que cubre la parte blanca de los ojos y los párpados. Esta inflamación es causada por alergias, virus y bacterias, por lo que se derivan varios tipos de conjuntivitis a su vez.
Los síntomas comunes son:
Es una lesión muy común que se llega a infectar si hay presencia de bacterias. Un orzuelo se caracteriza por afectar las glándulas sebáceas, que son las que están en el borde del párpado, es decir, donde se encuentran las pestañas.
En ellos crece un bulto doloroso y enrojecido que causa molestias. A menudo, son productos de tocarse los ojos con las manos sucias, así que está entre las más frecuentes infecciones por mala higiene.
Los síntomas son:
Entre infecciones oculares bacterianas con tratamiento rápido, se encuentra la blefaritis, que es similar a los orzuelos, con la diferencia de que es causada por una bacteria en el ojo y es menos seria.
Sin embargo, la blefaritis podría convertirse en un problema crónico y persistente. Además, eleva el riesgo de padecer conjuntivitis y orzuelos en el futuro.
Entre los síntomas te encontrarás con:
Los hongos, bacterias y virus son causas posibles de una queratitis. Se caracteriza por la hinchazón de la pupila, lo que causa diversos problemas de visión y malestar generalizado en el ojo. El tratamiento responderá a su causa directa.
Entre los síntomas están:
La uveítis, a menudo, es causada por traumas y golpes, o enfermedades autoinmunes. Se caracteriza por producir una inflamación en el iris, el coroides y el cuerpo ciliar del ojo. En pocas palabras, es una hinchazón en todo el área de la úvea.
Los síntomas son:
Hay médicos oftalmólogos especializados en el diagnóstico microbiológico de las infecciones oculares. En todos los casos, para diagnosticar este tipo de afecciones, lo más común es que se haga un breve examen ocular.
Entre las pruebas que podrían aportar información sobre el tipo de infección y sus causas están:
Lo primero es observar los síntomas que hemos descrito antes. Si el enrojecimiento o la sensación de malestar persiste a pesar de que has lavado sus ojos con agua estéril, es importante acudir al oftalmólogo pediatra lo antes posible.
Es importante destacar que las infecciones oculares en bebés son menos frecuentes, pero requieren tratamiento inmediato para evitar daños permanentes.
Al recibir el diagnóstico, lo más probable es que tu médico tratante te ofrezca dos alternativas. Cada una de ellas responde a las necesidades de tu enfermedad y al tratamiento que requiere para mantener el órgano en perfectas condiciones.
Dependiendo de si se trata de un virus, bacteria, hongo o traumatismo, recibirás diversos tratamientos como píldoras antiinflamatorias, antibióticos para infecciones oculares y antialérgicos orales.
Otros tratamientos farmacológicos comunes son gotas para hidratar el ojo, antiinflamatorios de uso tópico y antimicóticos.
La cirugía es otra respuesta a cómo tratar infecciones oculares, solo cuando hay abscesos graves o el orzuelo se ha endurecido para convertirse en una masa.
Se sugiere cirugía ocular para retirar los abscesos y la infección o reparar los conductos oculares cuando las complicaciones propias de la infección amenazan tu visión.
Una vez que has recibido el diagnóstico, es frecuente preguntarse la relación entre infecciones oculares y remedios naturales. Sin embargo, lo más recomendable siempre es ir al oftalmólogo y consultar por las opciones.
Las infecciones oculares o traumatismos incrementarán su alcance y daños si no son tratados correctamente. A menudo, los remedios caseros agravan las condiciones de la enfermedad.
Los consejos de prevención de infecciones oculares en el recién nacido tienen el mismo enfoque que las que se aplican para los adultos: mantener los ojos bien limpios.
Sin embargo, te recomendaremos algunas medidas específicas:
La mayoría de las infecciones oculares en recién nacidos se dan porque manipulan sus ojos con las manos sucias. Por ello, es crucial tener en mente que nunca se debe tocar ninguna superficie ocular sin lavarse las manos antes.
La higiene de las manos va más allá de solo enjuagar con agua. Es recomendable lavarse las manos con agua y jabón desinfectante por al menos 30 segundos antes de tocarte los ojos.
Hay superficies que tienen contacto directo con nuestros ojos, por lo que deben estar muy limpias. Lo más recomendable es que siempre que tus ojos tengan contacto con una tela o superficie, esta esté higienizada por completo.
Esto incluye almohadas, sábanas, cobertores, toallas, paños e incluso nuestros lentes de uso diario.
Las infecciones oculares más frecuentes ocurren por frotarse los ojos de manera constante. Esto genera irritación y daños en la retícula a largo plazo.
Por tanto, debes evitar la acción compulsiva. Si sientes escozor en los ojos, es mejor enjuagarlos con agua limpia o usar lágrimas artificiales sin aditivos antibióticos ni esteroideos.
Muchas infecciones oculares graves se suscitan por compartir lentes de contacto o externos, así como otros objetos personales con personas infectadas. Evita compartir los elementos que tienen contacto directo con tus ojos.
Algunas medidas para evitar infecciones al usar lentes de contacto son:
El agua salada o el agua clorada de las piscinas podría causar infecciones oculares. Protégete con acciones preventivas:
Si tienes visión borrosa, secreciones abundantes, hipersensibilidad a la luz, o si el dolor es muy fuerte, son señales de que necesitas solicitar una consulta oftalmológica.
No dudes en acudir a Clínica OftalmoSalud para tener una apreciación médica y prevenir mayores problemas derivados de las infecciones en los ojos. ¡Tu visión es nuestra misión!